miércoles, 13 de febrero de 2013

Capítulo 2: ¿Ni siquiera conmigo?


—¿En verdad estás arrepentido?dije mirando al suelo.
—Sí, y no sabes cuántoDijo Justin alzando mi barbilla, y haciendo que mirara a sus hermosos ojos almendrados, que ahora tenían las pupilas dilatadas, y me miraban con arrepentimientoLo siento, y créeme que te diría que lo siento mil veces, con tal de que me perdones. Sé que un simple lo siento no cambia el hecho de que te haya hecho daño emocionalmente, pero estoy realmente arrepentido.
—Sé que estás arrepentido. Te perdono—Le dije sonriendo, y dándole un abrazo.
*Seis Meses Después*

Pasaron seis meses, y Jessica y Justin, se veían todas las tardes, salían, iban juntos al colegio, cosa que al padre de Jessica le molestaba. Ella y su padre, se habían peleado demasiadas veces, porque ella defendía a Justin, cosa que enfurecía y agrandaba cada vez más el odio que le tenía Charles a Justin. Pero, ¿por qué Charles odiaba tanto a Justin? Ni siquiera la misma Jessica lo sabía, ni su madre. Era un misterio sin descubrir.

Un martes de primavera, Jessica llegó algo temprano al colegio, había peleado con su padre nuevamente, y como no encontraba a Justin, prefería estar sola, pues no quería darle explicaciones de nada a Jamie, y decidió dirigirse al salón de música. Una vez allí, se dio un paseo por la sala, observando con detalle cada uno de los instrumentos musicales que allí se encontraban. Anteriormente, Jessica había tomado clases de piano, con uno de los mejores maestros de piano de Los Ángeles, pero lo dejó después del octavo grado. Se dirigió hacía donde estaba el lujoso instrumento, tomó asiento en el taburete, y comenzó a tocar el coro de una canción que había escrito hace poco:

I am a lightweight, better be careful what you say, 
with every word I'm blown away, you're in control of my heart.
I am a lightweight, easy to fall easy to break, 
with every move my whole world shakes, keep me from falling apart


Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos. Odiaba pelear con su padre. A pesar de ser una persona fuerte, era demasiado sensible, pero odiaba que la vieran llorar. Las únicas personas que la habían visto llorar eran Jamie y Justin, nadie más.

¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?dijo, caminando hacía ella. Jessica volteó y vio a su castaña amiga con cara de preocupación y dolor, lo que la hizo salir corriendo a abrazarla.—Tranquila amiga, yo estoy aquí.
—Ya no puedo más, Jamie—dijo Jessica con la voz entrecortada—ya no.
—No digas eso. Yo sé que sí puedes, Jess. Me tienes a mí, y a Justin.—dijo Jamie con un tono de desagrado al pronunciar “Justin”. La relación de Jamie y Justin, no era tan buena por así decirlo. Jamie odiaba a Justin por como había hecho sufrir a Jessica en la primaria, y por muchas más cosas. Ella pensaba que las cosas no se podían solucionar con un "perdón” y una carita de perro triste.
—Pero...
—Pero nada. Límpiate esas lágrimas, y vayamos a clase. A la salida me cuentas lo que ocurrió, ¿vale?
—Vale.

Se dirigieron al salón de arte, y tomaron asiento en sus puestos habituales. Esta clase la daban con el salón de Justin, y Jessica no esperaba el momento en el que Justin entrara por la puerta y le sonriera, igual que hacía cada martes. Pero no, ese martes no. Justin nunca llegó. La clase solía ser divertida y corta con el payaso de Justin haciéndole burlas al profesor, pero ese día no. La clase fue fría, y duró una eternidad. ¿Faltar a clases? Eso no era típico en Justin, y Jessica no veía que llegara la hora de la salida, ir a su casa y para darse un baño, y arreglarse para salir a casa de Justin. Las demás clases pasaron lentísimas, pero al fin llegó la hora de la salida. Decidió desaparecerse y no contarle nada a Jamie, después le explicaría. Lo único que quería era ir lo más pronto posible a casa de Justin. 

Al llegar a casa, lo primero que hizo fue subir las escaleras y darse un baño de más o menos una hora. Estaba exhausta  Odiaba dar educación física, pero lo único que le había agradado de la clase de hoy era que jugaron fútbol y su equipo le ganó al de Denisse. Su peor enemiga, por así decirlo. La más ridícula de la clase y tal vez la más zorra de su generación. Río al recordar la cara de frustración de Denisse al ver que su equipo había perdido el partido 5-2. Al salir del baño se vistió con esto. Dejó su cabello suelto, y llamó a su mamá para avisarle que iba a casa de Justin. Su madre lo adoraba. Creía que era un gran chico, y que tal vez él y su hija deberían salir. No sería incómodo si tan solo no lo dijera cada vez que él iba a su casa, antes de que su padre llegara. Salió en dirección a casa de Justin. No vivía lejos. Solo unas seis casas a la derecha. Al estar frente a la puerta, pudo escuchar a los pequeños hermanitos de Justin peleando. Jessica sonrió. Amaba a Jaxon y Jazzy. Tocó el timbre y pudo escuchar un 'ya voy' desde la parte de arriba. Esa voz era inconfundible. 

—¡Jess!—dijo Pattie abrazando a la morena—hace mucho que no venías por aquí. Ven, pasa. ¿Cómo estás linda?
—Hola tía. Muy bien, gracias. ¿Y usted qué tal?
—Pues, bien, lo mismo de siempre. Tratando de controlar a estos pequeñosJazzy y Jaxon rápidamente corrieron hacia Jessica y ella se puso de cuclillas para abrazar a los dos pequeños. Para que luego se fueran y siguieran jugando—Justin está arriba, sube—dijo sonriendo para después dirigirse a la cocina. Subí las escaleras y me dirigí a la última puerta al fondo y toque.
—No quiero hablar—dijo desde el otro lado.
—¿Ni siquiera conmigo?—pude escuchar como se paraba y dejaba caer algunas cosas al suelo  para inmediatamente abrir la puerta, sonreírme y abrazarme.
—Hola princesa. Ven, entra—dijo dandome un beso en la frente y entrelazando nuestros dedos. Me sentí algo extraña por dentro. Sentí una corriente dentro mío, y un escalofrío. Pero no me incomodó. De hecho, me agradó. Nos sentamos en su cama como cada vez que iba a su casa y nos comenzamos a reír de nuestras caras. 
—¿Por qué faltaste hoy?—dije con algo de curiosidad.
—Oh. Sí. Tuve un problema con mi papá, y me rehusé a ir—dijo despreocupado.
—¿Sí? Yo igual. Te busqué esta mañana, pero no te encontré.
—Lo siento. Me necesitaste y no estuve allí.
—No te preocupes, no es nada—sonreí.

Nos quedamos hablando un rato sobre todo. Amaba estar con él. Amaba sus estupideces. Era muy divertido. En verdad había cambiado. No era el mismo Justin que yo recordaba. Pasaron más o menos unas dos o  tres horas y ya debía irme a casa. Pero Pattie me invitó a comer y por más que me negué ella insistía y bueno, es imposible que la sra. Bieber acepte un no por respuesta, así que finalmente accedí y me quede para la cena. No tenía mucha hambre, pero aún así comí todo para así despedirme de todos y que Justin me acompañara a la puerta. 

—Deja que te acompañe a casa—insistió Justin una vez más.
—Biebeeeer.. Ya dije que no.
—¿Y si te hacen daño?
—Sé cuidarme sola.
—Jessica...
—Está bien.

Accedí a que Justin me acompañara a casa. En el camino íbamos tonteando, igual que siempre. Pasar tiempo con él era increíble. Era el mejor amigo del mundo. Llegamos a mi casa, y mi papá aún no había llegado, así que lo invite a pasar. Mi mamá se emocionó mucho al verlo. Ella adoraba a Justin. Nos quedamos platicando unos quince minutos más, hasta que su madre lo llamó y le dijo que ya regresara a casa.

—Adiós tía—le dijo a mi mamá y le dio un beso en la mejilla.
—Adiós Justin, saludos—dijo abrazándolo. 
—Ven, te acompaño a la puerta—le dije tomando su mano. Fuimos hasta la puerta, la abrí y ambos salimos—Mañana sí irás, ¿cierto?
—Sí.
—Prometelo.
—Lo prometo—dicho esto nos abrazamos y casi caemos. Él me sostuvo de la cintura para evitar que perdiera el equilibrio y quedamos a cinco centímetros de los labios del otro. Lo miré a los ojos y me di cuenta de que tenía los ojos más hermosos que alguna vez había visto. Mi mirada pasaba de sus ojos a sus labios, de sus ojos a sus labios, y su mirada igual. Hasta que desaparecimos el pequeño espacio que había entre ambos, cerramos los ojos y unimos nuestros labios en un tierno y lento beso. Coloque mis manos en su nuca y comencé a jugar con su cabello, mientras el acariciaba mi cintura, para después separamos lenta y delicadamente. Él me miró sonrojado. Imagino  que yo estaba igual. O tal vez peor. 
—Eh, yo, yo, lo si... siento—dijo tartamudeando. 
—Sí, eh, yo, yo, hmm, yo igual. Hasta mañana—dije dándole un beso en la mejilla y volteandome para entrar a mi casa.
—Sí, adiós—me volteé y vi como se alejó en dirección a su casa, sin mirar atrás. Yo me quedé afuera esperando a que entrara a su casa. Cuando finalmente lo hizo, entre yo a la mía, subí las escaleras y me acosté en mi cama, sin creer lo que acababa de pasar hace unos minutos. 
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Holi. Estaba algo inspirada, por eso tarde subiendo el capítulo. Espero que les guste<3. 
Acá les dejo mi twitter por si tienen alguna duda :). 


3 comentarios: